Diversos sectores señalaron -y ahora podría estarse viendo que... “con razón”- que la “paz total” podría llegar a ser una impunidad total para criminales de lesa humanidad de los grupos narcoterroristas, delincuentes y demás pelajes. Los primeros fruto de proximidad ideológica y, lo segundo debido al supuesto acuerdo de intercambio de recursos y votos entre criminales detenidos en las cárceles, a cambio de la impunidad (“pacto de la Picota”).
De innombrable se podría catalogar la segunda oportunidad que se les da a los narcoterroristas de las FARC (“Disidencias” y “Segunda Marquetalia”) de volver a ser amnistiados. Para la izquierda los narcoterroristas tienen infinitas posibilidades de acogerse a procesos de paz, volver a delinquir y volver a ser perdonados. Juristas redactaron un nuevo proyecto de ley que se concentra en ampliar la política de sometimiento a la justicia para que sirva para el desmonte de las organizaciones criminales. Por lo tanto, ello podría ser invocado por todos los presos del país y aún por los que están procesados. Preocupa altamente la noticia de “El Colombiano” que reporta nuevos impuestos dictados por ese proyecto.
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